ENURESIS.
ENURESIS.
• La adquisición del control vesical significa poder inhibir el reflejo innato de micción. Para lograrlo es imprescindible haber alcanzado un nivel de maduración fisiológica, que consiste en haber aumentado la capacidad de la vejiga, haber adquirido un control voluntario del esfínter externo, y por último alcanzar el control voluntario para poder inhibir el reflejo miccional. Se acepta que la adquisición de hábitos es completa a la edad de 4 años.
• Según la Sociedad Internacional de Continencia urinaria en niños (ICCS) la enuresis es el escape de orina intermitente, involuntario, durante el sueño, a partir de los 5 años de edad. Su etiología es multifactorial.
Se clasifica en 2 tipos:
Monosintomática.
• El escape de orina nocturno no se asocia a síntomas diurnos.
No monosintomática.
• El escape nocturno se asocia a otros síntomas diurnos como aumento de la frecuencia o urgencia miccional, o incontinencia diurna.
Según el control de la micción:
SECUNDARIA.
• Cuando ha existido un periodo previo de control de la vejiga. En los individuos de mayor edad con enuresis se debe establecer una distinción entre la enuresis primaria y la secundaria; esta última se define como la enuresis en pacientes que han sido completamente continentes durante seis a doce meses. A diferencia de la enuresis nocturna primaria, en la secundaria casi siempre la causa es psicológica. Entre las causas más importantes de enuresis secundaria hay que citar los trastornos emocionales, las infecciones del aparato urinario, la epilepsia, la apnea del sueño y las malformaciones del aparato urinario. En los pacientes con enuresis secundaria, se debe descartar la presencia de alguna causa subyacente.
PRIMARIA.
• Cuando el niño no ha llegado a controlar la micción durante un periodo continuado de al menos seis meses. Las posibles etiologías de la enuresis nocturna primaria consisten en un retraso del desarrollo, un factor genético, desórdenes del sueño y alteraciones de los niveles de hormona antidiurética (ADH). Por otra parte, siempre se deben excluir causas secundarias como alteraciones neurológicas, infecciones urinarias y malformaciones anatómicas de uréteres, vejiga y uretra.
• Antes de los cinco o seis años de edad, la enuresis nocturna debe considerarse probablemente como una característica normal del desarrollo. Suele mejorar de forma espontánea en la pubertad, con una prevalencia del 1 al 3 % en la adolescencia tardía, siendo poco frecuente en la edad adulta. La edad umbral para el inicio del tratamiento depende de la preocupación de los padres y del paciente con respecto al problema.
MEDIDAS GENERALES.
• Habitualmente se utilizan diferentes técnicas para tratar la enuresis, a cada una de las cuales se le atribuye una tasa de curación más elevada que la espontánea del 15 %/año después de los 6 años de edad. * El asesoramiento motivacional, ha sido el enfoque más frecuente, implicando las siguientes recomendaciones:
1.
• El niño asume un papel activo para el cual lleva un calendario para registrar las noches en las que moja la cama y las que no lo hace, habla él mismo con el médico, orina antes de ir a la cama, y cambia sus ropas y las de la cama cuando se moja. • No consumir líquidos en las 2-3 horas previas a ir a la cama.
• Recomendar vaciar la vejiga inmediatamente antes de dormir.
• Se abandonan los castigos y las respuestas de enfado de los padres.
2.
• Se proporciona un refuerzo positivo por las noches secas mediante una recompensa de cualquier tipo.
• Se recomienda incentivar al niño haciéndole sentir que él es el factor más importante de su mejoría y así responsabilizarse de su rehabilitación urinaria.
• Se le tranquiliza explicándole por qué le ocurre eso y el pronóstico que tiene, para evitar la censura y el sentimiento de culpa.
• Se recomienda no tomar bebidas gaseosas, té, café, cítricos y chocolate.
• El sistema de alarma para evitar la enuresis nocturna crea un reflejo de respuesta condicionada en el niño. Consiste en un sensor situado en una gasita que se coloca en la ropa interior o en la cama del niño. Al notar la humedad de la orina, se activa una alarma –sonora o vibratoria- para que el niño sepa que tiene que ir al servicio. Así aprende a reconocer cuándo tiene la vejiga llena y la necesidad de levantarse cuando esto ocurre.
¿Sabías que...?
• La utilización de este sistema debe estar supervisada por el pediatra para que observe la progresión del niño. Asimismo, los padres juegan un papel fundamental para que su hijo se sienta seguro, esté tranquilo, confíe y pueda superar este problema lo antes posible.
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MIGUEL ANGEL CLEMENTE NIETO (Técnico en naturopatía. Socio Cofenat nº 1473)